viernes, 21 de febrero de 2014

Política criminal, de Joaquín Lloréns Un nuevo episodio de Beatriz, investigadora licenciosa

Sergio Torrijos – laRepúblicaCultural.es

">Ampliar imagen Política criminal 
Portada de la novela de Joaquín Lloréns
Último episodio de nuestra conocida Beatriz, esa muchacha que paseaba curvas y lubricidad en Citas criminales y orgasmos múltiples en Amor envenenado, ambas obras muestran con claridad lo que el autor pretende mostrarnos. Política criminal es un jalón más en ese camino. Crímenes, glamour, sexo, más glamour y una investigación criminal. Sería complejo concluir que es lo primero, si el glamour o el sexo o la investigación criminal. La idea del autor está demasiado intrincada en todos esos asuntos como para discernir cual prima, aunque en esta novela creo que la investigación toma algo más de terreno, en especial al extraer la trama de la situación política actual.
La trama arranca con la recepción de una carta con amenazas al padre adoptivo de Beatriz. Una amenazas en forma de acción criminal encaminada a cambiar el actual mapa político del país.
El repaso a nuestra democracia es el trasfondo de la obra y en especial sobre el escaso crédito político del que gozan nuestras instituciones. La perversión del sistema democrático mostrada en prosa. Un grupo que intenta mutar esa situación y el único medio es el empleo de la fuerza bruta. Nada que históricamente sea ajeno, bueno, para quién haya leído algo de historia, no para nuestros políticos que creen que dios creo a Adán y Eva y luego al gerente de un partido. La historia es tozuda y sus enseñanzas más aún. La ley sirve para afianzar modelos políticos, sociales o económicos no es un dogma inamovible al que agarrarse. La novela incide en la absurdez del sistema electoral que empleamos en nuestro país, aunque todo parece absurdo en nuestro pequeño rincón del mundo.
Beatriz se ocupará de intentar investigar a los aludidos e ir aclarando el trasfondo de la trama. En ese punto la novela toma mayor altura que las anteriores. La trama y el argumento ha tomado un mayor empaque en esta entrega y eso se nota en la obra.
La trama criminal tiene un fino lustre y un sentido muy sutil. Joaquín Lloréns tiene una prosa elegante, evocadora y por momentos muy sentida. Es capaz de recrear escenas tórridas sin repetirse, lo que es un logro, aunque en esta novela está mucho más contenido. También tiene un fino sentido literario para mantener la tensión narrativa y eso como lector se agradece y mucho. En esta obra, creo que la mejor literariamente, se percibe es hálito creativo con calidad, la parte final de la novela tiene mucho mérito.
Ya he recomendado todas las obras del autor y no voy a innovar ahora. Me apunto al carro de Lloréns. Espero que siga animándose con su obra, siempre es muy entretenida, en todos los aspectos, más aún cuando mezcla asuntos de actualidad. A los lectores que no conozcan al autor les animo a acercase a su obra.

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