miércoles, 12 de junio de 2013

A UN TIRO DE PIEDRA, por ROBERTO CABRERA


A un tiro de piedra. Ed. Baile del sol. Santa Cruz de Tenerife


El libro “A un tiro de piedra” es sin duda, al margen del ingente material que arroja su tesis sobre la narrativa canaria de los 70, artículos y correspondencia epistolar con autores insulares, uno de los legados más importantes que este gran estudioso nos deja para su reflexión.

Tuve la enorme suerte de presentar los dos libros que en Canarias se han publicado de nuestro autor: Estudios sobre narrativa canaria y A un tiro de piedra, ambos de la editorial Baile del sol, y presentados tanto en la librería Foro literario en Santa Cruz de Tenerife como en el Café Cuatro de San Cristóbal de La laguna.
El libro A un tiro de piedra comienza con uno de esos encuentros “sincrónicos”, al finalizar la presentación de otro libro. Alguien sugería que Amadou colaborase en el periódico “La tribuna” con un artículo que regularmente seguiría publicando. Además como primera reflexión añade en su prólogo que tanto Marruecos como Senegal son territorios que se encuentran tan cerca, que es inconcebible que no se conozcan, de ahí lo de a un tiro de piedra.
Quizá por estas razones Ndoye recorre todos los territorios del continente para explicarnos el por qué de tantísimos conflictos. El petróleo, los diamantes, el oro o el uranio. Sobre ese alud de motivaciones se comprenden mejor los conflictos políticos, los atentados y las guerras.
Se detiene, eso sí, en los discursos ideológicos y desentraña con habilidad, las verdaderas razones de los golpes de estado y los nuevos formatos del colonialismo.
Pero como su interés está muy presente en la literatura, nos detalla en su texto con un estilo entre el ensayo y la columna periodística, los problemas del escritor africano al enfrentarse, entre otros, al dilema entre su lengua vernácula y los idiomas europeos. Buscando la frase idónea que explique todo ese conjunto de variables que deben tenerse en cuenta para que una obra literaria traspase las barreras del aislamiento.
Las citas no son infrecuentes con varios premios nóbeles entre ellas. En un proemio dirigido al lector Amadou comienza recordando la presencia de negros y berberiscos en España antes de la conquista, a pesar de lo cual prevalece en el mundo hispánico la imagen tópica y típicamente negativa de África, “continente azotado que sólo inspira conmiseración o piedad”. Se nos olvida, dice el autor, que sus ancestros abonaron con sangre, en las dos guerras mundiales, las tierras de Europa, peleando además por la independencia de algunos estados americanos. Comenta asimismo que el continente está haciendo esfuerzos titánicos a pesar de los errores de dirigentes y del mercantilismo de los países ricos. Añadiendo que las reglas de juego del pacto colonial solamente han cambiado de fachada, y concluyendo que a los propios africanos les incumbe transformar la imagen que otros proyectan sobre ellos.
En su primer ensayo se encuentra Amadou una tarde en Tafira en casa del narrador y ensayista O’Shanahan quien le presta la novela Guanche y que sirve a nuestro autor para visionar cómo paulatinamente el universo industrial conquistaba un terreno insular virgen hasta entonces. Nos dice que la palabra guanche está asociada a nociones positivas de rebeldía, de anhelo de dignidad y valoración de las tradiciones vernáculas y de las virtudes de los habitantes de las islas. Nos quiere esta novela de alguna forma demostrar que los guanches siguen vivos, aun a pesar del progreso y la modernidad. Aquí lo recordado, lo ideal, lo soñado y la realidad le dan al novelista la oportunidad de reinventar el pasado a su manera.
El contraste resulta eficaz cuando se acerca a América latina, continente que les sirve de modelo a los africanos como referente de superación.
El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, es una obra que Amadou desmenuza con fruición, para explicarse y explicarnos el difícil concepto de identidad. El autor mexicano se hace una pregunta que también se han hecho varios africanos ¿No se rompió en algún sitio el cordón umbilical que ligaba al mexicano con sus antepasados aztecas?
El mexicano, dice Amadou, parece haber perdido parte de sus coordenadas cuando el mundo indio encontró a una civilización hispana voraz y conquistadora. Por ello Paz experimenta la extrañeza de ser mexicano y se interroga ¿Se puede hablar de carácter mexicano? ¿Habrá relación entre historia y carácter? ¿Existe una psicología de los pueblos? El autor de El laberinto de la soledad pretende aislar los caracteres de sus paisanos para entender de México la historia. En alguno de sus párrafos Amadou interpreta que para Paz la conquista no se hubiera producido a menos que los antepasados hubiesen interpretado la llegada de los conquistadores como el fin de una catástrofe cósmica anunciada mucho antes por distintos oráculos.
También le llama la atención a nuestro ensayista africano la imagen de la madre en esta historia. La equipara con el movimiento del péndulo, con constantes separaciones y encuentros que se alternan. Por ello la revolución de 1910 es interpretada como una vuelta al seno materno. Emiliano Zapata trató de volver a la tradición comunitaria de los aztecas. En “El laberinto de la soledad” los mitos desempeñan un papel de primer orden: el paraíso reencontrado, la vuelta a los orígenes y el tiempo ahistórico donde todo puede volver a empezar. Es una dialéctica del encuentro y la reconciliación. Es arrancar de lo individual, México, el mexicano, hasta lo plural - el hombre, el mundo - Los espejismos se ríen de todo tipo de barreras ya sean ideológicas, lingüísticas o geográficas. Se prefiere lo simbólicamente verdadero a lo históricamente exacto, para que la fantasía permita a la imaginación una revancha decisiva. Se trata de valerse de la historia para borrar paradójicamente una parte de la misma, por ello dice Amadou, se convierten los personajes históricos en mitos y los hechos en metáforas.

ESCRITORES AFRICANOS: De Senghor hasta Mahfuz.
Comienza Amadou este apartado con el discurso de Gordimer al recibir el Nóbel en Estocolmo, cuando al referirse a los escritores comenta: “Nos pasamos la vida tratando de interpretar con la palabra, la lectura que hacemos de las sociedades que nos rodean (…) en este sentido escribir es siempre una exploración de uno mismo y del mundo, del ser individual y del ser colectivo”.
La negritud es un movimiento literario definido por Sedar Senghor como “El conjunto de los valores de civilización del mundo negro”. La esclavitud, al igual que la colonización, para sentar sus bases ideológicas tuvieron que usar la ciencia, la historia, la antropología o la teología y así demostrar que el negro no existía ni como ser humano. Soyinka por su parte busca en las fuentes orales, en las formas teatrales sacadas del mismo terruño de su Nigeria natal - gigante con pies de barro del oeste africano - su literatura. Arriesgando el pellejo en nombre de sus ideas. Gordimer vive en una situación peculiar, nace en un país con el que no tiene una conexión real para recorrer la distancia, física, mental, intelectual y social, que lo separa de los millones de negros que componen la Sudáfrica en que le tocó vivir.
Mahfuz destaca por haber producido una obra propia sin dejar el suelo natal. Los viajes que no hizo, nos dice Amadou, los hicieron sus obras que burlaron barreras lingüísticas, geográficas, para derramarse por el mundo. Su obra es tan sólida como las pirámides de su país, Egipto. Todos ellos ven a África como un fulgor que quiere abrirse camino en medio de un mar de sombras.
En el ensayo Nigeria y su desgraciado petróleo nos advierte, que este séptimo productor de petróleo, importa 80.000 toneladas al día para su consumo. La región del Delta produce 1,8 millones de barriles diarios y pese a ello sigue en un estado atroz de subdesarrollo. Necesita de urgente atención para que no se siga deteriorando su medio ambiente. Las multinacionales que lo explotan son el blanco de muchas acusaciones. Contaminación de la zona, super beneficio en detrimento de las poblaciones locales etc. Varios miembros de dichas comunidades, se rebelan contra dichas compañías petroleras incluso tomando como rehenes a algunos de sus representantes. La muerte del escritor Ken Saro se debió a su reivindicación de esta inmoral situación. Ni Shell, ni ciertos militares nigerianos pueden haberse olvidado de ello.
Más adelante se ocupa de la conocida deuda africana, que ya a finales de los 90 se acercaba a los 235.000 millones de dólares. Investigadores y economistas piensan que el endeudamiento hipoteca la financiación de su desarrollo. Y todo porque los proveedores de fondos les hicieron creer que el endeudamiento era un buen recurso para administrar la crisis. Actualmente en los países desarrollados ¿quién se acuerda del famoso 0,7% con el que se habían comprometido ante la ONU los gobiernos del norte?
Las lecciones de Nyerere ocupan varios de los artículos de este libro. Se trata de un nacionalista y panafricanista convencido de que sin unión, África no se podría desarrollar. Logró que Uganda y Kenia formaran un solo estado bajo el nombre de Tanzania pero esto no le agradó al Colonial Office. Su idea era estructurar a los campesinos sobre bases democráticas y solidarias para crear cooperativas multifuncionales. Muchos africanos fueron a Tanzania, nos narra, para ver de cerca estas experiencias, aunque las cooperativas no conocieron el éxito esperado dado que el medio rural tiene grandes capacidades de resistencia cultural, pero también porque los jefes tradicionales y el aparato político y administrativo no apoyaron la experiencia. Al final de su vida, Amadou nos cuenta, como Nyerere abandonó el poder y puso todas sus experiencias al servicio del tercer mundo y del continente recomendándoles a todos los dirigentes que no hostigaran a blancos y asiáticos por su preparación intelectual y los capitales, y que no escucharan a los extremistas de sus partidos. Los orígenes del estado de pobreza, decía, hay que buscarlos en la diversidad de nuestros errores y no dirigirnos como mendigos hacia los poderes externos. Para él “los tres enemigos del hombre son la pobreza, la ignorancia y la enfermedad: al aprender a tener una alimentación sana y suficiente y al usar dicho saber, podríamos reducir nuestra ignorancia, superar muchas de nuestras enfermedades y encontrar mejores condiciones para vencer nuestra pobreza”.
Fútbol, política y música se reúnen en varios de sus artículos lo que sin duda llamará la atención del lector. A propósito de esta última recuerda una frase del novelista y músico camerunés “Así, la música, que forma parte de la vida africana desde el principio, sigue la evolución del hombre a medida que éste crece. En realidad, los juegos musicales son juegos de formación que no tienen nada gratuito. Por eso, no es extraño comprobar que dichos juegos musicales se refieren a todos los dominios de la actividad de los hombres y las mujeres, de la pesca y la caza, pasando por la faena del campo, el machucado del mijo, el casamiento, el entierro, el baile, la huída ante los animales feroces. Por ello, todos los sonidos, están representados en la música tradicional africana, sea en estado puro, es decir, tales como el objeto o el mismo animal los emite, sea reproducido por un instrumento que debe arreglárselas para repetirlas lo más fielmente posible”.
En otro fragmento se relata cómo Nigeria perdió la copa de África ante Camerún, y que fue tal la decepción de los nigerianos, que no pudieron reaccionar. Hasta el presidente tuvo que recibir y felicitar a los jugadores además de explicar la derrota aduciendo a cosas del destino, la suerte o la mala racha. Nigeria y Camerún han conocido un conflicto bélico porque desean controlar un territorio llamado península de Bacasi. Los nigerianos se acuerdan también que no pudieron jugar la copa de África en Sudáfrica porque dirigentes de su país había colgado a un oponente, lo cual despertó la cólera de Nelson Mandela ¿Qué jugadores pensaron en eso cuando Sudáfrica perdió la semifinal contra Nigeria? En un libro de título Geopolítica del fútbol, Pascal Boniface escribe “El fútbol, símbolo de la nación contribuye de ahí en adelante a la imagen y popularidad de un país, al igual que la cultura”. Por eso Franco, dice Amadou, “sabía de memoria las alineaciones del Real Madrid cada domingo cuando el equipo ganaba las Eurocopas allá por los años 50 y 60”.

El fallecimiento de este ilustre valedor de la literatura canaria El Jadji Amadou Ndoye ha generado una cantidad incomparable de muestras de admiración y amistad en todos los rincones del mundo. Entre otras Zenaido Hernández en la cadena SER se hace eco de todo ello en una entrevista para Radio Club Tenerife con quien aquí firma, haciendo un recorrido emocional y personal por todas las experiencias literarias y musicales y artísticas vividas en Senegal por escritores, músicos y sus muchos amigos
Unos poemas de Lamine Sall, el gran vate senegalés se reproducen en este espacio como homenaje a la amistad canario-senegalesa. Además adquieren especial relieve los personajes conocidos de la vida dakaronesa: los músicos Baba Maal o Youssou N´dour con quien compartimos escenario en el Concierto África Vive, el cineasta Samba Sarr para el que realizamos la banda sonora de su película Amul Yakar, “Los sin esperanza” o Papa Seck director de la École d Arts de Dakar y el actor Khalil Gueye, a quienes conocimos en sus encuentros tanto en las Islas como en viajes al país donde compartimos escenario con Les Freres Guissé. El legado de Amadou Ndoye profesor de la Universidad Cheik Anta Diop resulta imperecedero para la cultura canaria y uno de los aportes más decisivos y originales que las letras canarias han conocido desde el último tercio del siglo XX y hasta la primera década del XXI. Por todo ello el próximo 5 de julio en el antiguo Convento de Santo Domingo de la ciudad de Aguere un grupo de poetas canarios rendirá homenaje a este escritor senegalés dentro de los actos promovidos por el Salón del Libro Africano 2013 para este año, y al que se sumarán los músicos del colectivo de jazz Gato Gótico con un concierto.


foto de presentación " Amadou Ndoye con Roberto Cabrera y Orlando Cova en la presentación de su primer libro "


Basta con tan poco
Una mirada una promesa
Y me vuelvo ternura a tus órdenes
Tu cautivo.

* * *
Cuando vuelve la estación de los amores
Tu semblante sigue acechándome en el rincón del recuerdo

* * *
Nos cruzaremos de un amor en otro
Y permaneceremos el tiempo del mar

* * *
Tienes tempestades por todo el cuerpo
Yo soy la tormenta y los relámpagos de tu alta voluptuosidad

* * *
Mientras hay cielo, siempre queda la esperanza de que
un pájaro por el pase.

* * *
Tú eres la gruta

Yo soy el fuego
Tú eres la isla
Yo soy el árbol
Tú eres la tierra
Y yo soy la lluvia
Tú eres el surco
Y yo soy el grano
La recolección ha nacido
de nuestras ternuras
La cosecha hermosa
por nuestra sangre.

* * *
Encendí las noches azules de los desiertos
Abrí las estrellas del cielo
Dilaté el ojo de los camellos
Y cuajé el silencio.
Pero ni tú y tu rostro
Ni tú y tus pasos
Dejaron huellas en la gran batida de las arenas
Y te salmodio, en alguna parte, en mi sangre
Como un loco nuevo.

(Poemas de Amadou Lamine Sall, traducidos al español del libro Kamandalu y publicados por el vigía editora)

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